También conocido como hormigón
normal, es el tipo más común
utilizado en la construcción. Está
compuesto por una mezcla de
cemento, agregados finos (arena de
rio y arena de trituración),
agregados gruesos (piedras) y
agua. Es versátil y puede adaptarse
a diferentes necesidades de
resistencia y durabilidad.
ESA OBRA TAN NECESARIA
Este tipo de hormigón se caracteriza
por tener una resistencia a la
compresión mayor que el hormigón
convencional. Se logra mediante el uso
de una proporción reducida de agua,
una dosis más elevada de cemento
que en el hormigón tradicional y
agregados seleccionados. Es utilizado
en estructuras que requieren una
mayor capacidad de carga como
puentes y edificios de más de 8 pisos.
Hormigón de baja densidad: También
conocido como hormigón ligero, se
caracteriza por tener una densidad más
baja que el hormigón convencional.
Esto se logra utilizando agregados finos
y una dosis de aditivo incorporador de
aire, en lugar de agregados tradicionales.
Donde se busca reducir la carga que se le
ejerce a la estructura en etapas posteriores,
como en contrapisos, losas radiantes o
carpetas niveladoras en terrazas
Este tipo de hormigón tiene la
propiedad de fluir fácilmente y llenar
los espacios vacíos sin la necesidad
de compactación adicional. Se logra
mediante la utilización de aditivos
especiales que mejoran la fluidez y la
trabajabilidad del hormigón.
El hormigón autocompactante es
exclusivo para estructuras complejas
o con formas irregulares de difícil
acceso para su manipulación y llenado
Es un tipo de hormigón que se
refuerza con barras o mallas de acero.
La combinación de hormigón y acero
proporciona una mayor resistencia
a la tracción y permite soportar cargas
más pesadas. El hormigón reforzado
se utiliza comúnmente en columnas,
vigas y elementos estructurales que
necesitan resistir esfuerzos de flexión.